LAS ARTES ADIVINATORIAS
”No apaguen el Espíritu. No desprecien las profecías. Antes bien, examínenlo todo cuidadosamente, retengan lo bueno. Absténganse de toda forma de mal”. – 1 Tesalonicenses 5:19-21

Camillo Miola (1840–1919)
The Oracle, ca. 1880. Óleo sobre lienzo, 79 × 109 cm. Col. Biacca.
Introducción
La adivinación es una práctica ancestral que combina intuición, rigor simbólico y conocimiento estructurado, desarrollada a lo largo de siglos en distintas culturas. Su objetivo no se limita a predecir eventos futuros; busca ofrecer claridad, orientación y autoconocimiento, facilitando la toma de decisiones en momentos de incertidumbre o desafío. Desde los primeros sistemas de interpretación de signos naturales hasta las técnicas modernas como el Tarot y la geomancia, la adivinación ha acompañado al ser humano en su búsqueda de sentido, revelando patrones de su vida y abriendo un espacio para la reflexión consciente. Esta disciplina integra la experiencia histórica con la percepción intuitiva, conectando al consultante con fuerzas simbólicas que guían su camino.
¿Qué es la adivinación?
La adivinación se puede entender como arte, ciencia y ritual, tres dimensiones que operan de manera complementaria.
Arte: Requiere sensibilidad y creatividad para interpretar símbolos complejos que reflejan la vida, las emociones y los posibles caminos del consultante. Cada carta, figura o símbolo es una herramienta que activa la percepción y la reflexión personal.
Ciencia: Está basada en sistemas estructurados y códigos tradicionales que aseguran coherencia en las interpretaciones. La combinación de símbolos sigue reglas precisas que permiten generar pronósticos significativos y fiables.
Ritual: La práctica incorpora procedimientos que predisponen al consultante a recibir información de manera clara, potenciando la conexión entre su energía personal y las herramientas adivinatorias.
Lejos de ser superstición, la adivinación es una práctica formal y rigurosa, capaz de ofrecer orientación objetiva y valiosa para la vida cotidiana y la toma de decisiones.
Orígen y tradición
Las técnicas adivinatorias operan mediante la interacción entre el consultante, el sistema simbólico y el adivino. Cuando el consultante extrae cartas o figuras, lo hace sin conocer su significado, activando un proceso de selección que refleja sus disposiciones y circunstancias personales. El adivino interpreta los símbolos combinando conocimiento técnico, tradición y percepción intuitiva, revelando patrones que pueden iluminar el pasado, explicar el presente o proyectar futuros posibles. Este proceso permite al consultante tomar decisiones informadas, identificar tendencias en su vida y reflexionar sobre su camino, de manera objetiva y consciente. La clave radica en mantener la lectura libre de información previa excesiva, para evitar sesgos y garantizar la eficacia del método.
Metodología
El proceso adivinatorio se basa en la interacción entre consultante, símbolos y adivino. Cuando el consultante selecciona cartas o figuras, lo hace sin conocer su significado, generando un patrón que refleja sus predisposiciones, estado emocional y contexto. El adivino interpreta estos símbolos combinando conocimiento técnico, tradición y percepción intuitiva, revelando información sobre el pasado, el presente y posibles futuros.
Se distinguen dos niveles de receptividad:
Receptividad psíquica: corresponde a la capacidad propia del profeta, intérprete inmediato de la inteligencia y de la voluntad universales. Su mirada conoce la decisión inicial del acontecimiento en las esferas de lo psíquico y espiritual. A este tipo de visión corresponde la lectura real de los registros akáshicos.
Receptividad astral: es un vaticinio más o menos dotado de percepción premonitoria, propio de los sonámbulos lúcidos, clarividentes y psicómetras, que perciben solo la fase siguiente de los acontecimientos, intermediaria entre la causa y el hecho: la gestación virtual, y su mirada se pierde en el plano astral.En mi caso particular,
El ideal del adivino, en mi caso particular, es el de utilizar y activar ambos tipos de receptividades, a través de las diferentes herramientas adivinatorias o mancias.
Oráculos
Tarot:
El Tarot es un sistema de 78 cartas que contiene arquetipos universales. Cada carta representa emociones, decisiones y situaciones humanas. La combinación de cartas permite generar lecturas profundas, activando la percepción simbólica del consultante y ofreciendo herramientas para la reflexión y el autoconocimiento.
Geomancia:
La geomancia interpreta figuras generadas sobre la tierra, arena o papel, siguiendo patrones y códigos tradicionales. Cada figura posee significados precisos que, al combinarse, permiten analizar situaciones, identificar obstáculos y ofrecer sugerencias de acción.
Ambos métodos requieren formación, disciplina y sensibilidad, asegurando la precisión y profundidad de cada consulta. Se pueden crear subpáginas dedicadas a cada técnica para explicar sus métodos, aplicaciones y tipos de lectura. Específicamente, yo utilizo el Antiguo Tarot Italiano de 1880 y la tradición árabe de la geomancia.
¿Qué esperar de una lectura?
Una consulta adivinatoria ofrece orientación clara y precisa. Permite al consultante reconocer sus predisposiciones, evaluar alternativas y reflexionar sobre decisiones importantes. Aunque los métodos son predictivos, también cumplen un rol terapéutico: ayudan a ordenar ideas, clarificar emociones y fortalecer la lucidez frente a la incertidumbre. Es importante señalar que la adivinación no reemplaza la asesoría profesional en psicología o medicina, sino que actúa como complemento para el autoconocimiento, facilitando la comprensión de patrones y tendencias en la vida del consultante.
¿Cómo reservar?
La disponibilidad suele ser de 1 a 2 días, dependiendo de la demanda. Las consultas pueden realizarse por teléfono, Zoom, Google Meet o presencialmente, adaptándose a las necesidades del consultante. Para garantizar una lectura objetiva y efectiva, se recomienda enviar solo información esencial, como nombres, fechas de nacimiento y fotografías si corresponde. Evitar enviar relatos extensos permite que la lectura se realice sin predisposición, demostrando la precisión y el rigor del método; solo entregue la información que se le solicitará al momento.