LAS MANSIONES LUNARES
“Él hizo la luna para medir los tiempos; el sol conoce su ocaso”.
— Salmo 104:19
Así como el recorrido anual del Sol se divide en los doce signos del Zodíaco, la órbita mensual de la Luna se fracciona en veintiocho estaciones conocidas como Mansiones Lunares. Estas mansiones, descritas por astrólogos árabes y heredadas por la tradición medieval y renacentista, constituyen un verdadero “Zodíaco Lunar”, marcando puntos específicos del viaje de la Luna entre las estrellas fijas y sirviendo como hitos de significado astrológico y mágico.
En la tradición mágica, las Mansiones Lunares representan divisiones del ciclo lunar, cada una regida por inteligencias que encarnan fuerzas constructivas o destructivas. El mago entrenado reconoce que estas estaciones no son símbolos vacíos, sino puntos de contacto entre lo humano y lo cósmico, capaces de influir en el destino y la naturaleza de los acontecimientos.
La Luna en la Astrología Tradicional
La Luna siempre ha ocupado un lugar privilegiado en la astrología. Guido Bonatti, célebre astrólogo italiano del siglo XIII, escribió que “la Luna, de todos los planetas, es la que más corresponde con las cosas inferiores, pues refleja de manera inmediata sus efectos sobre la tierra y los cuerpos elementales”. Su órbita cercana a la Tierra y su velocidad de movimiento la convierten en mediadora entre lo celestial y lo humano, influyendo tanto en los ciclos naturales como en la vida cotidiana.
El Zodíaco Lunar
El astrónomo y astrólogo Al-Biruni (siglo XI) explicó que, del mismo modo que el Sol tiene sus doce signos, la Luna recorre veintiocho estaciones en su trayecto mensual. Este sistema árabe contrasta con el sistema védico indio de veintisiete nakshatras. Ambos modelos responden a la misma intuición: la Luna no solo regula las mareas y ritmos biológicos, sino que también marca etapas energéticas en el orden cósmico.
Orígenes y Nombres
En la tradición árabe, las mansiones lunares recibieron varios nombres:
Al Nujum al Ahdh: “las estrellas de la entrada”
Al Ribatat: “las posadas del camino”
Al Manazil al-Qamar: “moradas de la Luna”
El término manzil evocaba la parada al mediodía del camello en el desierto, imagen que ilustra cómo la Luna “descansa” en cada mansión antes de proseguir su curso celeste.
Práctica y Ejemplos
El trabajo con las Mansiones Lunares exige disciplina y precisión. Cada fase lunar abre un espacio vibratorio particular: unas son favorables para el inicio de proyectos, alianzas o sanación, mientras que otras predisponen a rupturas, exilios o pruebas espirituales.
La tradición hermética sostiene que, al conocer la correspondencia entre tiempo, mansión e intención, el mago puede realizar sortilegios en armonía con las fuerzas naturales.
Por ejemplo:
Mansiones de expansión → propicias para la siembra, la abundancia y el éxito material.
Mansiones de protección → empleadas en conjuros defensivos y en la preservación de vínculos.
Mansiones de transformación → adecuadas para ritos de purificación, corte de lazos o tránsito espiritual.
Conexión con el Plano Astral
El contacto con las Mansiones no se reduce al cálculo astrológico. La esfera Lunar es un umbral hacia regiones habitadas por inteligencias invisibles, regentes designados —según la tradición— por la Providencia. Estos seres poseen facultades que permiten influir tanto en el plano astral como en el mundo material.
El mago que ha conquistado la autoconciencia y domina su ascenso en los mundos internos puede establecer contacto con dichas inteligencias, ya sea mediante viajes mentales, evocaciones rituales o contemplación dirigida. Así, la práctica no solo conecta al operador con los ritmos cósmicos, sino que lo integra en un diálogo vivo con el universo.
Conclusión
Las Mansiones Lunares nos recuerdan que el tiempo no es neutro, sino tejido de ritmos cósmicos. En ellas, la Luna revela su papel de mediadora universal: puente entre lo alto y lo bajo, lo eterno y lo efímero. Como escribió Al-Biruni, estas estaciones son un mapa sutil del cielo, un Zodíaco Lunar que guía tanto a astrólogos como a practicantes de la magia.